miércoles, 30 de septiembre de 2009

Noche de chat y hotel

Mis chicas se volvieron a casa entre partido y partido, yo decidí quedarme y pasar el fin de semana en el hotel.
Aquella noche estaba solo en el hotel, y empecé a navegar por internet. De repente entre en una página de chat. Como chico listo, entre con nombre de chica para verlo desde el lado femenino.
¡Cuarenta chicos me mandaron un privado! Con frases tan trabajadas como “Querría follarte”, y otras tan “románticas”.
Decidí que si quería llamar la atención tendría que ponerme un Nick especial. Decidí llamarme butanero, mi frase de entrada sería algo así como “¿Quieres dos bombonas?”
Lo sé, parecía una locura. Yo también pensaba que no le haría gracia a nadie y que nadie entraría. Pero me equivoqué.
De repente, una chica me contestó un privado diciéndome que era muy gracioso… Comenzamos a hablar, me dijo que era de la ciudad en la que yo estaba. Comenzamos a hablar hasta calentarnos mucho, yo tenía mi pene enorme dentro del calzoncillo.
En ese momento la pregunte si tenia cam, confiaba en que al verme se lanzase a conocerme.
Conectó la cam, y vi un cuerpazo rubio, ¡Era la entrenadora que estaba en el piso de arriba!
Apagué el ordenador, subí a su habitación y llamé a la puerta. Ella estaba solo con el sujetador y el tanga, era una diosa rubia. Comenzamos a besarnos, mientras acariciaba sus maravillosas tetas.
Me susurró al oído: “Vamos a la terraza”, no sabía lo que me esperaba, pero intuía que tendría mucho de juegos…
Desde su terraza se veía un callejón en el que las parejas aprovechaban para besarse o pasar a algo más.
Me acerque por detrás de ella, estaba con las piernas abiertas mirando una pareja que se estaba besando mientras se tocaban todas las partes de su cuerpo. La baje el tanga y comencé a acariciarla en su coñito depilado mientras su respiración se hacía cada vez más agitada. Se quitó ella misma el sujetador y comenzó a acariciarse las tetas, masajeándolas. De vez en cuando se las subía hasta poder chupárselas. Noté su humedad en mi mano, moje con ella todo su cuerpo, me coloque delante de ella, de rodillas, mientras disfrutaba de su corrida directamente en mi boca.
Ella, volvió en sí, me miro a mi polla que a esas alturas estaba medio empalmada, y se fue hacia el frigorífico. Cogió un poco de helado, y lo puso sobre mi polla con delicadeza, mientras se mordía el labio con cara de lujuria. Después comenzó a lamer el helado, mientras me miraba a los ojos, mi polla estaba enorme deseaba follarmela con todas las ganas.
Cuando termino de chuparme todo el helado de mi polla y de mis huevos, no aguanté mas y la coloque con sus brazos apoyados en la barandilla y comencé a penetrarla desde atrás. Mi pene busco su coñito desde atrás, hasta que se la fui metiendo centímetro a centímetro, cuando llevaba aproximadamente la mitad se la metí de un solo golpe. Ella reacciono gritando y un grupo de chicos que había entrado en el callejón a mear se giró a mirarla.
Yo les miré y les guiñé un ojo mientras continuaba con el ritmo de mete-saca, ella estaba con los ojos cerrados así que no vio como los chicos se sacaron sus pollas y comenzaron a pajearse viendo esas tetas subir y bajar.
Después de eso, me coloque tumbado en el suelo mientras ella comenzó a saltar sobre mí, sus tetas saltaban y sus gritos se hacían salvajes, era una gozada verla saltar mientras me arañaba el pecho. En ese momento vio de fondo a los chicos que se estaban pajeando mirándonos y todavía más excitada note como apartaba mi polla y comenzaba a correrse inundándome con sus jugos.
La cogí con mis brazos y la apoye contra la pared, en esa posición me la seguí follando, notaba como su pelo se iba de un lado para otro, sus gritos audibles hicieron que desde la calle todas las parejas siguieran nuestros movimientos, ella acariciaba mis brazos mientras yo la subía y bajaba.
Una vez que se cansaron los brazos, la subí encima de la mesa, justo en el borde, y comencé a juguetear con mi polla por encima de su coñito, notaba como se arqueaba, como se mordía el labio, hasta que me abrazo y me susurro al oído: “Follame como una perra”, en ese momento comencé a bombear, sus manos arañaban mis hombros, mientras mi cabeza se enterraba entre sus tetas.
Nos besábamos con furia, nos mordíamos los labios, mientras ella apretaba su coñito alrededor de mi polla.
La situación me excitaba ya que un grupo de chicos y chicas estaban mirándonos mientras ella gritaba, al poco volvi a notar su humedad por encima de mi pene lo cual me hizo estar a punto.
En ese momento me coloqué delante de ella y comenzó a masajearme la polla con sus tetas hasta que hizo que me corriera en su cara. Se asomó a la terraza enseñando a los chicos su cara repleta de semen. Ellos la pidieron que se bajara y ella mirándome me dijo si quería. Yo la dije que por mi estaría bien pero que yo no participaría. Ella miro mi polla apenada, mientras me marchaba.

domingo, 6 de septiembre de 2009

Clasificacion ganada

Las finales ya llegaron y nos fuimos todos a un pueblo de la costa... Allí jugamos un par de partidos de la liguilla inicial, en la cual se vio la calidad de los rivales contrarios.

Llevábamos 2 partidos, y habíamos ganado uno y perdido otro con lo que nos la jugábamos todo a una carta. Pensé que aquel día debía dar descanso a mis chicas y las deje que se fueran a dormir pronto, no obstante se me ocurrió una idea que podía hacernos ganar el partido.

El equipo contrario tenia en su base a su principal estrella, esta chica, Tamara, estaba concentrada en su habitación, por lo que, me entere de que la iban a subir la cena a la cama. Muchos de vosotros pensareis que la iba a echar algún polvo nocivo en la comida, pero yo tenía otros pensamientos más benevolentes.

Me las apañe para decirles que como entrenador, yo le subiría la cena a Tamara, (fue fácil ya que en el hotel no sabían quien entrenaba a quien...). Cuando abrió la puerta, parecía una diosa con un camisón blanco...

- Servicio de habitaciones
- Hola, deja la bandeja encima de la cama.
Mi erección era evidente y para que se notase mas me había bajado la bragueta con lo que ella no apartaba la vista de mi paquete.

Cerré la puerta, pero no del todo, y espere a ver los ruidos que provenían de la habitación.

Al poco de marcharme, empecé a escuchar unos pequeños gemidos... ¡Se estaba haciendo un dedo!

Aprovechando que estaba la puerta abierta de la habitación, entré con la excusa de volver a por la bandeja, y me la encontré encima de la cama con sus dedos entrando y saliendo a toda velocidad. Trato de taparse con el almohadón, pero fue tarde. Según entre me baje los pantalones y el slip, y mi pene salio como un resorte de mis pantalones. Ella se quito el almohadón dejándome ver su monte de Venus espléndidamente depilado.

Inmediatamente la tire encima de la cama y lleve mis labios hacia su orificio, gracias a los últimos juegos con mis chicas, me había convertido en un experto, y Tamara me estaba agarrando los hombros con tanta fuerza que hasta había empezado a hacerme daño.

Se corrió dos veces seguidas, antes de que la empezase a follar. A ella le gustaba más suave, y se la dejaba dentro entre metida y metida. Haciéndolo muy lentamente, ella se derretía por cada caricia mía, la metía los dedos en el chocho y luego se los llevaba a la boca y ella lo disfrutaba con cara de vicio.

Estuvimos una hora con ese polvo, yo trataba de alargarlo, sin perder de vista mi objetivo de que esa noche durmiera poco...
Cuando al final, ya viendo que iba a eyacular, se lo saque de dentro y le pedí que me la chupara. Ella llevaba ya muchos orgasmos (en realidad creo que fue uno continuo) y se llevo mi pene a su boca, mientras me lo chupaba, yo se lo saque y eyacule directamente sobre su cara y su pelo.

Después de eso, nos tumbamos los dos en la cama destrozados.
Yo puse un canal pornográfico, mientras tanto en la habitación del hotel. A ella no le importo y me dijo que ella ya lo había puesto muchas veces y que luego cuando iba a pagar, al ver que era una chica sola, los recepcionistas se pensaban que era un error y no se lo cobraban.

La película era una francesa, en la que el dueño de una productora de películas eróticas nos muestra sus estudios de grabación, en la que las cámaras y los actores terminan sus polvos, fuera de cámara, en los camerinos o en los propios pasillos.

Poco a poco nos fuimos calentando, y ella dijo que se tenía que duchar. Se fue al baño, dejando la puerta abierta. Desde la cama la vi como iba buscando los geles y la esponja. Ver a esa diosa desnuda correteando por medio de la habitación es una de esas imágenes que no se olvidan nunca.

Había llenado la bañera, y con las sales que echo, había hecho mucha espuma. Se metió dentro, y en ese momento, yo entre también en la bañera. No era muy grande, así que estábamos muy juntos. Ella empezó a juguetear con los pies con mi pene, que a estas alturas estaba perfectamente recuperado. Yo mientras cogí el tubo de la ducha, y lo encendí. Ella no se dio cuenta ya que estaba debajo del agua, pero cuando se lo acerque a su chocho, el agua a presión entraba, haciéndola un efecto que yo mismo había probado sobre mi pene hace años.

Dejo caer su cabeza apoyándola contra el lateral, mientras seguía con su juego con sus pies en mis testículos y mi pene, estuvimos así otro rato, hasta que no aguante más y me la tire debajo del agua.

Eran las cuatro de la mañana cuando salí de su habitación para la mía, la había dejado bien follada, pero al día siguiente, su partido fue de los peores que había jugado, y nos pudimos clasificar. Su mirada al reconocerme estaba llena de ira, pero también de deseo.