domingo, 20 de diciembre de 2009

En la playa

Cada vez se me hacia mas dura, en todos los sentidos, la férrea disciplina de no poder gozar del cuerpo de mis chicas, las cuales tenían que descansar para darlo todo sobre el campo. Así que busque un sitio propicio para dar rienda suelta a mis instintos.

Supe que cerca del hotel, había una playa nudista. Así que pensé que qué mejor lugar, para disfrutar por lo menos de unas buenas vistas.

Llegue con mi toalla y mi protección solar y me tumbe con las gafas de sol puestas para disimular. Después de los entrenamientos, y a pesar de la vista, no tarde en quedarme dormido, y adivináis que tipo de sueño tuve ante esas imágenes que se quedaban en la retina.

Cuando desperté, ya se había marchado de la playa todo el mundo, por lo que me encamine apesadumbrado hacia el hotel. No podía creer que me hubiera quedado dormido, aunque era normal ya que el sol me había dado en la cara y los entrenamientos también me cansaban a mí.

Cuando iba a salir de la playa, se me acerco una extranjera y me pregunto:

- Ya te vas?

- No hay nadie en toda la playa.

- Por eso es más interesante.

Y dejo caer su toalla, mostrándome un cuerpo que quizás seria demasiado gordo, pero que a mi no me importaba en ese momento.

Nos fuimos a meter en el agua, tirándonos agua el uno al otro, cuando ella se iba acercando cada vez más. Al final, se abrazo a mí y me beso en la boca. Mi pene, entro entre sus piernas y ella cerrándolas comenzó a echarse hacia delante y hacia atrás como follandome.

Jugábamos con una colchoneta, y la subí encima de ella. Empecé besando sus pies, para ir poco a poco subiendo hacia la parte del cuerpo que mas me importaba. En ese momento, decidí ir hacia la playa, con ella calientísima diciendo que me la follara allí mismo.

La inglesa consiguió tirarme cuando llegamos al borde con la costa. Allí me tiro al suelo y se subió encima mío, sus tetas enormes bamboleaban de forma hipnótica delante de mi cara. Empecé a chuparle los pezones, mientras ella subía y bajaba con las últimas olas. Tragaba algo de agua, así que decidí cambiar de postura. La cogí en carretilla, y mientras ella mordía la arena por la excitación que sentía, yo me la tiraba haciendo uso de mí fuerza. Al poco termino, y la deje en la arena, para después metiéndome en el mar, empezar con una paja. Ella en seguida se unió, y empezó a hacer pequeñas inmersiones para chuparmela. Correrte en el mar es una sensación única, ya que nunca sabes cuando empieza y cuando termina, debe ser lo más parecido al orgasmo de las mujeres multiorgasmicas.

Cuando termine, regrese al hotel. En el momento en que entre oí follón en la habitación de al lado y me temí lo peor. El recepcionista, estaba tumbado en la cama con todas mis chicas disfrutando de el. Las abronqué pero me dijeron, que por que yo podía disfrutar del sexo y ellas no y me prometieron que se irían pronto a la cama.

Yo, después de esa noche no quería más sexo, así que me fui a mi habitación y me tumbe. No tardo ni dos minutos en aparecer Sofía, con un portátil en las manos. En la pantalla se podía ver lo que grababa una webcam en la habitación de al lado. Me dijo que era mi regalo.

Delante de la cámara, se veía al recepcionista enculando a Encarna, mientras que Gloria (siempre ella presente), me deleitaba metiéndose un calabacín tremendo en su chocho. Su cara de vicio hizo que mi pene reaccionara y en cuanto esto sucedió, Sofía me monto, y empezamos a follar, escuchando y viendo la orgía que había en la habitación de al lado.

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